Julia Alvarez Iguña

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Lic Julia Alvarez Iguña

Vida Cotidiana

Psicología on Line

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Psicología aplicada al Golf

La ansiedad pre-competitiva


Nos acercarnos a las últimos partidos de la preclasificación y comenzamos a percibir emociones y sensaciones encontradas acerca del presente y el futuro y, donde nuestra mente acostumbrada a querer poseer el control sobre los acontecimientos, se aferra a éste mecanismo de seguridad cuando aún no han sucedido los resultados. Es cuando hablamos de la ansiedad pre-competición.

Las competencias tienen un valor social, ya que repercuten en el prestigio del deportista y la actuación grupal. Es la misma sensación que poseemos cuando tenemos que rendir un examen o concretar una entrevista importante; sentimos ansiedad ya que “ese” resultado representa una evaluación de nuestra persona. Cuando confiamos en nosotros mismos y nos sentimos tranquilos marcamos nuestra capacidad para afrentarla.

De acuerdo a nuestra capacidad de respuesta ante el desafío nos predispondrá a actuar. La presión ambiental genera una disminución importante de la concentración necesaria para la óptima ejecución deportiva. Esto disminuye la seguridad afectando la movilidad y la coordinación. Asimismo una inadecuada y no realista percepción acerca del rival, la evocación de anteriores fracasos competitivos, las dudas frente a la posible actuación del equipo, son factores que predisponen al surgimiento de la ansiedad. Para poder dominar el exceso de tensión se les debe enseñar a los jugadores a relajarse. En altas competencias realizamos una respiración superior no rítmica, reteniendo o provocando una aceleración innecesaria de la respiración. La relajación, que consiste en la disminución paulatina de la actividad orgánica, está relacionada al proceso de la respiración. Esta debe ser lenta, rítmica, ayudando a que el jugador recupere la activación normal del organismo...


A mayor caudal de oxigeno pulmonar el sistema circulatorio disminuye sus pulsaciones logrando el anterior estado y retornando a los niveles esperados de concentración. La respiración ayuda autorregulando los estados emocionales ya que el cerebro es muy sensible a la saturación de oxigeno como a su ausencia parcial o total modificando el estado emocional posibilitando retornar a la calma. Para poder retomar el ritmo necesario cada expiración debe ser dos veces más prolongada que la aspiración.

Realizar respiraciones profundas, si es posible diafragmáticas, y mantener (retener) la respiración durante 20-30 segundos. Como toda habilidad, la respiración debe ser entrenada. Aprovechemos los entrenamientos para poder practicarla. Querer utilizarla directamente en los partidos será imposible, ya que nuestro cuerpo no está habituado a ella, y éste es un mecanismo que se dispara automáticamente luego de haber sido ejercitado e incorporado. La respiración es un elemento que nos ayuda a poder tomar conciencia de nuestro estado competitivo y un método sumamente efectivo para equilibrar el cuerpo, la mente y las emociones.

La ansiedad es una emoción y no debemos dejarnos dominar ni vencer por ella. No demos lugar a pensamientos catastróficos olvidando todo lo que hemos dado en cada entrenamiento, en cada práctica. Recuerden que siempre actuaremos de acuerdo a como nos pensemos y no perdamos antes de pelear y haber dado todo en la cancha. Si todavía no jugaron y no se conoce el resultado, ¿A qué le tenemos miedo? ¿Cuál es el peligro imaginario?.

En una competición siempre aparece la ansiedad, nunca es invitada a jugar, pero allí está presente. Pero los grandes campeones pueden derrotarla. Eso es lo que marca las diferencias. Dos equipos pueden tener las mismas condiciones físico-tácticos pero a la hora de ganar se define por quien sabe mejor cerrar un partido no dejándose vencer internamente. Las situaciones o partidos “ideales” o “perfectos” no existen. Cada partido es una experiencia nueva, una oportunidad para poder vencer viejos miedos transformándolos en nuevas experiencias.

Lic. Julia Alvarez Iguña

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