Alto Rendimiento en el Polo
In PoloPsicología del deporte de alto rendimiento en el Polo
La Psicología del Deporte es una ciencia que se encarga del estudio de los factores que influyen en la performance deportiva por medio de la observación y evaluación de la conducta.
En una competencia, el jugador no sólo se enfrenta a evaluaciones sociales sino también a presiones mentales que merman su rendimiento. Estar mentalmente preparado quiere decir estar prevenido para todo, donde el efecto sorpresa no altere el juego, ni la claridad, ni el orden del pensamiento, ya que todas esas posibles situaciones son ejercitadas por medio del entrenamiento mental. Significa jugar en un estado de calma y, a la vez, de alerta, atendiendo solamente a lo que hay que prestar atención, sin que ningún estímulo pueda sacarlo de su campo atencional. Por ejemplo, el jugador encargado de convertir penales carga sobre sus espaldas con mucha presión. A veces, el “gol de oro” determina al equipo ganador. Son momentos de mucha tensión y responsabilidad, donde toda la atención debe estar centrada únicamente en la tarea y dominada por un solo pensamiento.
El jugador de polo está siempre corriendo por su propia ansiedad que lo lleva a pensar muchas cosas a la vez: el rendimiento de su caballo, el resultado del tablero, discusiones con algún compañero o árbitro, la próxima jugada, y tantas más. Es en ese preciso momento cuando, metafóricamente hablando, debemos “bajar al jugador del caballo”, trabajar sobre las presiones, enseñarle a pensar positivamente, mantener un 100% de su activación, centrarlo en su juego y no en el del rival, trabajar sobre la cohesión del equipo creando una sólida y única fuerza de confianza entre sus miembros para lograr un juego más dinámico que facilite la anticipación de jugadas.
Es importante aclarar que trabajamos en el área de la salud mental y no desde diagnósticos de enfermedad. En algunos medios todavía existen mitos acerca del rol del psicólogo y una cierta resistencia a consultar, por el miedo social que se piense que quien acude es “porque está loco”, o es débil, o incapaz de resolver problemas por sí mismo. Pero no debemos olvidar que el deportista es un ser humano que puede sufrir bloqueos o fuertes cargas emocionales que le impiden rendir en su máximo o acostumbrado potencial.
Un jugador puede ser seis de hándicap y jugar como de diez cuando sale seguro a la cancha. Todo pasa por la percepción mental de sí mismo, por lo que se cree y la seguridad y naturalidad con que monta su caballo. Por lo tanto, es fundamental trabajar con la autoestima, ya que jugamos de acuerdo a como nos pensamos; la jugada que ejecute dependerá de mis habilidades físicas, y la manera como la realice estará sujeta a mi estado mental. En definitiva, mi estado mental condicionará el resultado de la jugada.
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