Julia Alvarez Iguña

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Lic Julia Alvarez Iguña

Vida Cotidiana

Psicología on Line

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Psicología aplicada al Golf

El Haka o como ganar con ventaja psicológica


Pensar en competencia genera estados emocionales, que muchas veces exceden al equipo en general, y al jugador en particular. Es el momento donde se debe demostrar y poner en juego todo lo asimilado y practicado en la semana, donde los estados emocionales se tensan, dejando muchas veces en falta al jugador.

En toda competencia, batalla, lucha, enfrentamiento, hay una puesta en escena del deseo en una meta a cumplir, que lo conecta con el placer y con la satisfacción del trabajo bien hecho. El triunfo, luego del esfuerzo, es acompañado por un sentimiento placentero relacionado a la autoestima y al cumplimiento de los ideales. Pero no todo en una competencia es juego, ya que cuando se filtra la presión, dejamos de jugar, nos gana el nerviosismo y, entonces, no es tan fácil poder jugar los 80 minutos.

Ya en el vestuario, la fiebre o la tensión del pre-arranque produce una aceleración de los procesos psicológicos y emocionales, que disminuye la confianza y la posibilidad de alcanzar un buen resultado. Por lo tanto sostenemos, que es importante poder centrarse en el nivel óptimo durante los momentos previos al partido.

De nada servirá mucha arenga si no hay deseo y voluntad de ganar; si no podés salir a jugarte por tu deseo, por tu objetivo, por tus ideales. Es cuando debés transformarte en guerrero, y en héroe de tu propia película. La importancia de ésta, no se medirá según cuantos espectadores la vean, sino en la producción, en la ejecución, en los roles desplegados por cada actor, en fin, en los ideales puestos en juego.

Ahora bien, sabemos que en un partido hay presión, y muchas veces transformamos la realidad de acuerdo a la interpretación emocional que hacemos de ella. Cualquier situación puede caer bajo una idealización deformada, provocada por la misma sensación de miedo ante todo lo desconocido, que se nos presenta como desafío.

Cada día es un desafío, cada oportunidad es un desafío, cada partido es un desafío, cada rival es un desafío. En mi trabajo, con equipos o jugadores, siempre es una lucha de antemano tratando de cambiar la percepción que se tiene del equipo del “próximo partido” -¡es mejor que nosotros!, ¡nunca le pudimos ganar!, ¡van primeros en la tabla!, ¡juega tal jugador!-
Contínuamente aparece la sombra del otro imaginario, a quien se pone en un lugar de omnipotencia y superioridad, el cual nos quita de antemano la posibilidad de demostrarnos mejores. Esa omnipotencia del otro nos achica, como vulgarmente se dice “arrugamos”.

¿En qué lugar ponemos al adversario, y en qué lugar nos colocamos nosotros? Más allá del rival, un equipo ganador no es aquel que se mide con el adversario en cuanto a quien tiene más que el otro, sino en el que sabe salir a jugar con mayor ventaja psicológica.

Un claro ejemplo es la ceremonia que realizan los All Blacks antes de comenzar un partido: El Haka. Esta es una clara estrategia e inteligente invención para poner distancia y atemorizar al rival, en una puesta en escena, dentro de otra escena artificial y preparada, por medio de la utilización de una danza, cuyo fin es “meter miedo” al rival.

Este proceso psicológico genera temor proyectándolo hacia afuera -lo que tengo adentro lo pongo afuera, en el otro-, lo que produce dentro del equipo una mayor unión, cohesión grupal, sentido de identidad y pertenencia y ausencia del miedo, porque lo coloqué en el adversario.

Se ha demostrado, que las personas en estado de ansiedad, tienden a concentrarse inconscientemente en estímulos amenazantes del ambiente externo, como asimismo, los equipos con características depresivas, tienden a recordar con mayor claridad momentos de pérdidas y situaciones difíciles del pasado.

En este proceso interactúan dos elementos: el comportamiento y la influencia del ambiente, donde los elementos estresantes, precipitan la conducta en más o en menos. De acuerdo a cómo me pienso y a lo que me dice el otro, así actuaré.

Orígenes e historia del Haka
Los orígenes del Haka se remontan a las grandes guerras tribales de Oceanía -Samoa, Islas Fiji, Tonga- donde se realizaban estos rituales de origen maorí para infundir tensión y atemorizar a sus rivales. Esta danza poseía características bélicas, se realizaba únicamente antes de comenzar la batalla para infundir miedo al rival. Cada tribu tenía una danza distinta que la diferenciaba de las demás generando la identidad y el orgullo de pertenecer a determinada tribu o clan.

El Haka es hoy en día un símbolo y una manera de identificación nacional para la población neozelandesa, con el objetivo de confirmar y no olvidar sus raíces, diferenciando a la población descendiente de los maoríes de la población descendiente de los primeros colonizadores británicos. Esta danza fue utilizada por primera en 1905, en un partido que enfrentaba a Nueva Zelanda con un equipo de Inglaterra. Este partido tuvo una característica simbólica: reivindicar los derechos políticos y culturales de los aborígenes libres frente al colonialismo y dominación británica. En 1907, una orden real declaraba a Nueva Zelanda como nación soberana. El Haka poseía dos versiones: la “Haka Ka Mate” y la “Haka Kapa O Pango”, que es la que fue inventada de un modo más provocador para los partidos de los All-Blacks. Su letra y sus movimientos son más agresivos, con acentos puestos en la supremacía y victoria del equipo sobre el rival.

Qué debemos hacer frente al Haka

¿Qué es lo que sucede con el otro oponente? En este ejemplo, los All Blacks, más allá de ser un equipo con poderío propio, logra sacar al rival de su concentración inicial, donde éste queda disminuido en sus capacidades y habilidades deportivas. Siempre hemos afirmado la importancia de la preparación previa al partido, pero ésta desaparece ante la ostentosa y teatral danza guerrera que despliegan.

El equipo se asemeja a 15 guerreros listos para entrar en combate. Sus cuerpos cubiertos con tatuajes, sus gestos exacerbados y furiosos, el movimiento de sus ojos abiertos y su lengua, generan pánico al más poderoso rival, el cual queda inhibido logrando su cometido: sacarlo del partido. El Haka es un ritual anterior al combate, cuyo fin es disminuir el miedo propio escénico, colocándolo en el otro desconcentrándolo.
En lugar de utilizar palabras, las desplazan por medio de un lenguaje corporal, demostrando poder por medio de la danza. El haka posee un efecto intimidatorio. Genera una sensación que les da el hándicap de ser los mejores, apelando a un mecanismo defensivo implícito que significa “no existís, no te veo, no sos nadie, sos un objeto más de nuestro poder”. Incluyen a los contrincantes dentro de una escena, donde los rivales, participan o no de acuerdo a su poder de confrontación. Algunos no se involucran dándoles la espalda, otros los enfrentan cara a cara, otros se sostienen en silencio únicamente por medio de un abrazo, en conjunto, apretando sus camisetas hombro a hombro.

Si estamos hablando del deseo del ser humano, que busca el placer que le genera una acción bien realizada ¿De qué deseo estamos hablando? En este caso, de un deseo otorgado al otro. Yo ya no me juego por lo que quiero, me pongo a jugar en el lugar que me coloca el rival y ésto es lo que no debo hacer.
Desde el psicoanálisis, decimos que dentro de la vida afectiva, el otro siempre cumple una función de: modelo, auxiliar, objeto o rival y para poder cumplir con sus necesidades no puede prescindir del vínculo con el otro.

Por más que no lleguemos a jugar como los All Blacks, podemos tratar de despertar en nosotros ese espíritu guerrero y místico, identificándonos con el valor necesario del atleta guerrero, que se inviste de la fuerza necesaria para enfrentar la contienda. Si esa “película” que se hace el jugador es lo suficientemente fuerte, el resultado de su rendimiento será óptimo.
Si tuviéramos la posibilidad de generar esta mística en cada club, en cada equipo sumaríamos una posibilidad de motivación y confrontación más segura ante el otro.

Esa preparación previa o pre-arranque, puede ser lo que marque la supremacía de un equipo sobre el otro. Si tu equipo ha trabajado y entrenado duramente por lograr un objetivo, es el día del partido donde debés demostrar la valía y el deseo colectivo de tu grupo de poner en escena que es y jugarse por lo que tanto ha luchado. En este punto podríamos insistir en algunas cuestiones que ya hemos tenido en cuenta, por ejemplo aquello de “deseo versus voluntad”.





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