La importancia de la comunicación
In ComunicaciónEn todo equipo, un importante porcentaje de triunfo está dado por la comunicación. Comunicar es hacer al otro partícipe de lo que uno siente, de lo que piensa, transmitiendo señales mediante un código en común. En el proceso de la comunicación hay un emisor, quien es el que envía el mensaje hasta un receptor que lo recibe interpreta y decodifica.
Los mensajes deben ser claros y concisos. Si estos son confusos, no completando una idea o pensamiento, es probable que provoquen ruidos o interferencias en la comunicación, ya que el significado para uno puede ser distinto al que le da el otro.
Siempre se está comunicando. Una conducta comunica. Un pase, un gol, un estado anímico comunica, y lo que no se practicó y no se aclaró en el entrenamiento de la semana, lo comunica el resultado.
Durante un partido con mucha presión, una palabra puesta a tiempo ayuda a bajar la adrenalina y a equilibrarse de nuevo en el partido. Por el contrario, hay momentos donde la sobrecarga en la información es tanta, que los jugadores no la soportan, sacándolos del partido. El 50% de la atención está en el juego y el resto decodificando los mensajes que vienen de afuera de la cancha. Para eso el jugador debe entrenarse en que escuchar y en que no.
Asimismo, dentro de la dinámica grupal, el equipo tiene que prestar mucha atención a las palabras que utiliza para dirigirse entre ellos para señalar un error. Si alguien se equivocó hay que alentarlo: “no importa, ya va a salir, confió en vos”. . Si se insulta a un compañero, lo único que se logra es bajar su confianza y que tema cometer nuevamente el error, para no confrontarse con la consiguiente recriminación. En esta situación, otra vez la atención está centrada más en quien tengo a lado que en el partido mismo. A veces el grito que levanta a un jugador a otro no le sirve, lo desinfla. Por eso, se deben conocer las particularidades, las reacciones y los valores de cada uno. La utilización de palabras positivas sube el ánimo del equipo y crea un ambiente de tranquilidad.
Si encaramos científicamente el deporte no podemos dejar de lado a la comunicación. Muchas veces lo pensamos exclusivamente desde el lenguaje, la denominada comunicación verbal, aquella que se genera por medio de la palabra. Pero no es la única forma de comunicación, están justamente aquellas denominadas no verbales que se registran por medio de movimientos, de gestos, posturas, miradas y que definen el cómo por medio de movimientos corporales. Justamente la postura de una persona o jugador es nuestra manera de presentarnos, en un ámbito laboral o en la cancha. El estudio de la postura nos brinda mucha información del estado de ánimo, la motivación y la confianza presente del jugador o equipo. Información que también puede tomar el adversario para aprovechar y sacar ventajas.
La postura cansada transmite una auto-imagen baja, mientras que una postura erguida expresa control y valentía. Si caminás o corrés de una manera lenta, fatigado, con la cabeza baja, denota pasividad, un trote activo demuestra sentido de control y confianza. Ya que venimos afirmando que toda conducta comunica, ésta es buena información para ser tenida en cuenta cuando veamos que el contrario muestra un lenguaje corporal negativo. Éste será el momento de aprovechar la situación ya que se encuentra desmotivado con pensamientos de desgano. El equipo tiene que saber leer la gestualidad del contrario. Los equipos ganadores no demuestran casi nunca su estado de ánimo y aunque realmente se sientan cansados o abatidos, no lo demuestran, mostrando un estado de total confianza y listos para el ataque.Ahora bien, a la descripta lectura de la postura, debemos agregar el contacto visual. Si miras directamente a los ojos del contrario cuando se prepara realizar un tiro de presicion y éste te dirige la mirada por un momento o mueve los ojos podes saber que no está concentrado o que no se siente seguro de sí mismo, ya que la atención es la focalización de la energía en un solo punto respondiendo lo corporal al estímulo recibido. La mirada también expresa los sentimientos o emociones que sentimos y dirigimos a los compañeros o hacia los contrarios, donde el afecto es totalmente distinto. A veces, un gesto o una mirada “pega” más que una palabra.
Un último elemento a considerar es la voz .“No es lo que se dice, sino cómo se dice”
; no es tanto el contenido sino la forma de comunicarlo. Debemos prestar total atención al tono en que mandamos mensajes al equipo, ya que las palabras positivas con su correspondiente significado y acorde a su tono, son muy importantes para el entendimiento grupal. Cuando nos dirigimos a los rivales, tenemos que demostrar un tono de superioridad para intentar hacerles pensar que estamos por encima de ellos, siempre dentro de límites coherentes.
Sugerencias para el entrenador
foto Caloi
» Debe demostrar que explica y escucha atentamente a sus jugadores. Con frecuencia, éstos lo consideran una figura autoritaria y paternalista, donde el que manda no admite reproche alguno. En toda comunicación grupal debe existir un canal abierto para que los jugadores puedan manifestar sus estados de ánimos o dudas sintiéndose respetados y escuchados. Ciertos jugadores no se atreven a preguntar ya que tienen miedo a ser considerados débiles o ser sacados del equipo, por eso el entrenador debe ir a buscarlos.
» Si el entrenador vocifera críticas a algún jugador de la cancha por medio de gestos o palabras, delante de los jugadores que están en el banco, éstos también pueden interpretar que hará lo mismo ante un error semejante, y en este caso ya no jugara por el equipo sino por miedo a una supuesta valoración del entrenador. Asimismo si reprende a un jugador por su mala actuación en forma poco amable y delante de sus compañeros, la comunicación ulterior será difícil ya que el jugador tenderá a reaccionar más al tono emocional que al contenido.
» El entrenador chillón y nervioso desacredita su mensaje de serenidad.
» En tiempo muerto no hay que gastarse en repetir lo que se hizo mal, eso desmotiva y además, ya pasó. El jugador sabe el error, por lo que se debe reforzar la acción correctiva pero sin tocar la autoestima. Si se remarca el error y no se da la solución, el jugador vuelve a hacer el mismo error. No hay que evaluar a los jugadores sino activarlos. Conviene no olvidar que la comunicación positiva casi siempre producirá mejores resultados que los mensajes negativos.
» Demasiada información en un breve tiempo produce su asimilación en forma fragmentaria, confusa y al volver a la competición esa profusión de exigencias distraen al jugador que se queda pensando en lo que quiso decir el entrenador.
A veces el entrenador explica un 100%, trasmite un 80 %, y los jugadores reciben un 60%, del que solo se interpreta un 50 %.
¿Cuánto de esto aceptará y pondrá en práctica el jugador ante tanta presión?
Por eso, ante la explicación de una consigna el entrenador debe seguir la siguiente secuencia:
- ¿Lo entendieron?- Contesta el jugador o el equipo afirmativa o negativamente.
- Responde el entrenador - Bueno, ahora explíquenmelo a mi.
De esa manera, no hay equivocaciones de interpretación, ya que muchas veces puede suceder que un jugador por miedo a quedar mal o por vergüenza ante sus compañeros no se anima a preguntar, repreguntar o decir que no entendió.
» Debe tener en cuenta a todos sus jugadores. Algunos se apartan o desmotivan cuando no les da la importancia que tienen, por lo que se les debe prestar atención a todos y reconocerlos en forma positiva. Generalmente las “estrellas” reciben señales de comunicación más eficientes que los demás jugadores. De hecho, todos necesitamos un apoyo para mantener nuestros esfuerzos y hacer crecer la autoestima. No hay que olvidarse que para muchos jugadores el alma del equipo es el entrenador.
» Los jugadores necesitan saber por medio de su entrenador cuándo son sacados de la cancha y el porqué. Cuando esto no sucede, ese vacío es interpretado con distintos pensamientos que a veces no concuerdan con lo causa. Muchas veces me comentan los jugadores que necesitarían saber el porqué es sacado. De ésta manera tendrían la información para mejorar. Pero otras tantas, el silencio del entrenador deja al jugador a merced de su propia interpretación, bajando su motivación, cuando en verdad lo que quería el entrenador era “cuidarlo” para otro partido.
» Asimismo, los jugadores que están en el banco deben recibir explicación del porqué no entran y no solamente un “che, vas al banco”, ya que en su mente algunos se consideran tan dotados como los que están jugando. Esto puede dar lugar a posibles conflictos emocionales. Al jugador se le debe brindar explicación de lo que se espera de él, porqué ocupa tal lugar en la cancha, ya que muchos jugadores no están cómodos en el puesto que les toca jugar.
Al final del partido es bueno realizar una “charla de vestuario caliente” donde todos hablan por turno. Primero, los que jugaron dicen sus autocríticas y evaluaciones, ¿Qué les gusto? ¿Qué no? ¿Qué cosas le molestaron? Etc. Luego habla el equipo técnico, entrenadores, médico, kinesiólogo, psicólogo. Todos los que forman parte del equipo tienen que estar presentes ya que ésta es una tarea grupal. Así el jugador puede hacer catarsis, liberar todo lo emocional y ser recuperado por el equipo técnico para trabajarlo en la semana. Se debe poder verbalizar lo que sucedió. Este trabajo, de gran comunicación, brinda información de cómo está el equipo y qué se debe trabajar. La comunicación debe circular desde la solución del problema y no desde la crítica hacia la persona.
Todos debemos trabajar nuestra comunicación, ya que una deficiente y pobre información da lugar a conflictos que repercuten en la actuación, en la motivación, en el compromiso y en la actitud.
juliasports@fibertel.com.ar
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