No es un fin de semana para leer, conocer o aprender nuevas técnicas, ni pensar en situaciones profundas de la vida. El acontecimiento esperado ya comenzó, y todas las miradas están concentradas en este esperado mundial. Más que un tiempo para pensar es un tiempo para mirar, vibrar, estremecerse, sentir, alentar.
Desde la psicología podemos hacer una interpretación no desde su especial preparación física y técnica, de la cual estamos completamente seguros. Los mejores entrenadores y profesionales en el tema están acompañando a los jugadores en esta tremenda hazaña. Podemos señalizar una serie de cualidades que serán puestas en escena por medio de sus conductas y formas de actuar ante un ambiente, que por la magnitud del evento, genera más presión que una competencia normal. No se medirán por la cantidad de buenas o malas acciones, sino por la calidad de valores, certezas y creencias que desplegarán en el juego como ser: la excelencia deportiva, la creencia y la confianza por lo que han luchado, el sentido y el orgullo en sus valores, el asumir riesgos con desinterés y desapego, el coraje de enfrentar a los más poderosos sabiendo que se puede, el dar todo por una causa justa.
Argentina saldrá a jugar representada por quince gladiadores, como los definen los medios hoy en día. Yo prefiero nominarlos por lo que su logo significa, por el significante que los representa, por esa imagen celeste y blanca de sus camisetas bajo el rugido de un puma. “Puma”. Un puma es agresivo, demuestra gran fuerza física, rapidez y soberanía. Acecha a su presa sin detenerse a reflexionar confiando en sus propios instintos y su capacidad para conseguir lo que quiere. Genera miedo y respeto. Un Puma no posee miedo, lucha por su presa, es atemporal, es decir no piensa en el pasado o en el futuro, punto clave en una competencia. Su mirada posee la fuerza para poder dominar al más agredido rival, permaneciendo tranquilo y calmado esperando a su presa y actuar. Desde ese lugar hay que salir a jugar, identificándose con esas características sintiéndose un “Puma”.
Cada integrante del equipo vivirá una experiencia inolvidable y desarrollara un espíritu de grupo portador de una misión que vivirá con ellos para siempre. Un mundial se diferencia de los demás competiciones no solo porque se debe competir con los mejores equipos del mundo, sino también porque se debe dominar al peor rival: la presión. Esta llega a límites inesperados y depende de la capacidad de respuesta y la seguridad del jugador para dominarla.
Dentro del Marketing Tom Peters declarado el “gurú del marketing”, fue el primero que adjudico gran importancia a los logos y a las marca (branding o mercadotecnia). Esto también fue llevado al deporte. Los más grandes equipos poseen un logo que los caracteriza, una forma de juego que los define al mismo tiempo que trasmite emoción, pertenencia e identidad grupal.
Por ejemplo la marca Nike no se considera una fábrica de zapatillas, sino que su logo representa una empresa que se dedica a mejorar la calidad de vida y el estado físico. Su emblema o marca proviene de la diosa Niké, y las palabras que la representa es: rapidez, agilidad, calidad.
Un logo o una marca permite asociaciones con lo que lo que representa ese significado para cada jugador,
Cada equipo del mundial posee un logo o marca que los caracteriza. Francia con su gallo símbolo de orgullo, soberbia, arrogancia; Australia con su canguro que representa al ritmo y al sobresalto; Sudáfrica con su Springbok , el cual es el nombre de una gacela, animal totémico de poder; Tonga con su paloma blanca símbolo del patriotismo colectivo; USA con su águila y sus colores rojo que encarna audacia, azul vigilancia y justicia, el blanco pureza e inocencia; Inglaterra con su rosa, emblema patriota que representa la guerra entre los Lancaster (rosa roja) y los York (rosa blanca), guerra que dividió en dos a la nación unificándose con una rosa roja de bordes blancos. También encontraremos los osos de Rusia, el trébol inglés por San patricio de Irlanda, los laureles y el carro vencedor del Capitolio de los Italianos, el helecho de Nueva Zelanda, etc.
De eso se tratará; una lucha de equipos que representarán a una nación, a un pueblo, a una identidad compartida. Muchos jugadores salen a estrenar una nueva imagen. El haber llegado implicó una gran cuota de sacrificio y adaptación a los diferentes test y nombramientos.
Todos necesitamos seguridad para llegar en el deporte o en la vida, pero también necesitamos desafíos para probarnos. De estas dos variables surge la creencia en uno mismo, y junto a él, el crecimiento de nuestra seguridad interior. No sé cómo terminará la historia, para mí lo importante es que ya han formado parte de la historia celeste y blanca del rugby, un equipo que ha estado, que ha luchado, que ha sufrido, peleado por un sueño.
Mas allá del resultado, estamos fortaleciendo nuestra identidad, respetando y haciéndonos respetar en la batalla, logrando la jerarquía e igualdad de los grandes, saliendo a pelear por nuestras creencias, muchas veces olvidadas en la vida cotidiana del país. Que este evento ayude a forjar los sentimientos y objetivos del país. Argentina lo necesita. Gracias Pumas por dejarnos sentir todo esto.
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