“Come on, it´s Friday”
Algunos deportistas no saben cuidarse. Cuidar deriva de la palabra pensar, sentir una inclinación, una preocupación. Es decir, para cuidar se necesita no sólo hacer cosas, sino también, pensar y elegir qué cosas son importantes para mí cuidado.
El estilo personal de una persona determina su modo de andar por la vida. Cuidarse está relacionado a reconocer el principio de peligro, donde todo no se puede, sin medir sus consecuencias.
La omnipotencia es el sentimiento que caracteriza a la primera infancia, donde el niño cree poder controlar con su deseo toda la realidad completa. ¿Es que no hemos crecido, en no querer ver aquello que no conviene, aquello que está programado por algunos que necesitan sensaciones extremas para poder divertirse?
Todos deseamos sensaciones placenteras, pero el placer también posee sus reguladores de intensidad, no es una finalidad en sí misma, sino el efecto de una acción que implicó esfuerzo.
Cuando somos chicos nos enseñan a cuidarnos, lo aprendemos por la manera en que cómo hemos sido cuidados. Luego, profesores y entrenadores refuerzan esta idea de atender nuestro físico, nuestra persona, estar en forma, para poder rendir a la hora de jugar.
Ahora más que nunca, ante la culminación de una temporada, campeonato, competencia, hay que seguir en el mismo objetivo. Esto no termina hoy, ni mañana. El auto-cuidado forma parte de todos los días, es una destreza de vida, de alguien que se quiere, se respeta, sabe elegir lo que le conviene y apartar lo que daña.
Saberse cuidar es ser dueño de tus propias acciones. Se requiere el fortalecimiento del auto-conceepto, la auto estima, y la resiliencia.
La autoestima se refiere al concepto que cada persona tiene de sí misma. Si estimas tu persona, no la destruyas. El autocontrol es la capacidad de poder dominar tus acciones, y la resiliencia la capacidad de sobreponerte a situaciones dolorosas, saliendo fortalecido de las mismas.
Hoy se reúnen a la previa, la previa… ¿a qué? Me pregunto...¿luego de un fuerte entrenamiento, se realiza “la previa” antes de salir a batalla, a dar lo mejor de sí mismo?. En esta otra previa, se sale a dar lo peor de cada uno.
Diversos juegos se incluyen en esta rutina, para ser “cool”, la monedita, las cartas o dados, dando lugar al conocido “Fondo, fondo”. Hay muchos que no quieren beber, pero terminan haciéndolo para no quedarse afuera, para pertenecer, para no sentirse excluidos, y así comienzan las adicciones, en un yo que no puede decidir.
Sabías que en esta repetición de conducta, vas perdiendo células de tu sistema nervioso, las vas matando, se va deteniendo tu madurez, y destruyendo tu organismo, en especial tu hígado. Muchos conocen sus peligros, pero viven en el reinado de la omnipotencia, “no a mi no me va a pasar”, hasta que la realidad te juega una muy mala jugada, te golpea fuerte, y cuando te querés acordar, te bebiste la vida en el juego de la monedita.
Subite a tu caballo motorizado, pero no sueltes las riendas. Divertíte, pero sanamente. No destruyas todo lo que tanto sacrificio te ha costado por el placer de una noche, donde además no sos consciente de lo que haces.
Es cuestión de decidir en qué lugar te pones, en elegir que es lo que más te conviene, en ser “uno mismo” en cualquier situación de la vida
Julia Alvarez Iguña
Related Posts:
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario