Julia Alvarez Iguña

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Lic Julia Alvarez Iguña

Vida Cotidiana

Psicología on Line

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Psicología aplicada al Golf

¿Cómo nos pensamos en un partido?


Luego de varios años de resistencia, los jugadores de polo comienzan a recurrir a la psicología del deporte para mejorar su rendimiento. El trabajo que se desarrolla desde el deporte no es clínico sino se centra en desarrollar habilidades psicodeportológicas para poder entrenar la parte mental en aspectos específicos de la competencia.
Hoy en día, hablar de alto rendimiento, sin la participación de un psicólogo es impensable. Esta nueva aportación de la ciencia ya se está aplicando a casi todas las ramas del deporte como el tenis, el golf o el atletismo, y su utilización es visible y en expansión.

El jugador encargado de convertir penales cuenta con mucha presión. A veces, el “gol de oro”, determina al equipo ganador. Son momentos de mucha tensión y responsabilidad donde toda la atención debe estar en el punto de máxima concentración enfocada en la tarea: los mimbres.
Cuando aprendemos un nuevo tiro lo realizamos de manera conciente. Luego de varias repeticiones el movimiento se incorpora y se hace automático. Cuando jugamos lo hacemos de manera inconsciente, no hay tanto lugar para el pensamiento, el movimiento se activa instintivamente por medio de patrones de acción aprendidos.
Pero ante situaciones de presión el proceso se invierte, el campo atencional se amplia con percepciones de alerta. Ante la posibilidad de error se pierde precisión y el movimiento es torpe y se enlentece. En el inconsciente es donde tambien conviven las presiones familiares o sociales, la instancia del Superyo con sus creencias y mandatos que al activarse inhiben la naturalidad de la acción.

A la hora de jugar, muchos deportistas parecieran estar pegados a un número clavado en su espalda que es el handicap con el cual juegan y con el cual se identifican. Cuanto más alto más valgo. ¡Error! Todos quieren subir y se empeñan por alcanzar el número soñado y lo que significa más que por luchar por mejorar el rendimiento centrado en objetivos.
El jugador que sueña, que pone tanto empeño en sus entrenamientos, que pasa horas montado en su caballo, bajo situaciones de frió, calor, adversidades pero que sigue de pié, para mejorar cada día, pero para él, es el jugador de valía. Él mismo será el que coloque en su cuello su cinta llena de medallas.
El número es un símbolo, un signo, una cifra. Un jugador puede ser seis de handicap y jugar como de diez cuando sale seguro a la cancha. Todo pasa por la percepción mental de sí mismo, por lo que se cree y la seguridad y naturalidad que demuestra con su caballo. Por eso es tan importante trabajar con la autoestima. ya que jugamos de acuerdo a como nos pensamos.

Muchos jugadores profesionales no se diferencian por sus cualidades técnicas sino por su entrenamiento mental y la capacidad de respuesta ante los desafíos que se presentan a cada momento.
Una herramienta utilizada a la hora de entrenar es la visualización donde se le enseña al jugador a relajarse y se lo induce a imaginar jugadas concretas de juego. Al estar la mente observando la cancha e imaginando lo que se quiere producir se evita que el pensamiento se disperse en situaciones que puedan generar temor.
Toda la atención debe esta ahí, elaborando y construyendo situaciones listas a reproducir, creando una película mental de lo que se quiere hacer, imaginándose positivos, eficientes y ganadores.
Es una manera de hablarse a uno mismos, pero en lugar de palabras usamos imágenes.
Cuando uno visualiza una situación crea una huella neuronal en la mente de lo que desea hacer. El sistema nervioso programará la acción recibida a realizar, y ordenará al sistema muscular su reproducción. En la imaginación, el sentido de la sensopercepción que más usamos es la visión, por eso la llamamos visualización, o sea “ver con los ojos de la mente”.
El jugador de polo está siempre corriendo por su propia ansiedad que lo lleva a pensar muchas cosas a la vez: el rendimiento de su caballo, el resultado del tablero, alguna discusión con algún compañero de juego o árbitro, la próxima jugada, etc. Es acá cuando metafóricamente hablando debemos “bajar al jugador del caballo”, pisar suelo firme, enseñarle a pensar y no a actuar impulsivamente. Ayudarlo a conectarse con sus sensaciones, percepciones, ¿qué es lo mas importante en este momento?, mi caballo, la jugada, la discusión pasada, el resultado del anterior chukker, o mi aquí y ahora del juego. Esta forma nueva de jugar y pensar da claridad al pensamiento y facilita un juego mas libre e intuitivo, donde hay un solo pensamiento para cada jugada.
Esto implica un aprendizaje donde el jugador aprende a respetarse, a darse tiempo, a conectarse con sus sensaciones. Ante las mismas preguntas, comienza a responder con distintas respuestas, una a la vez.
Aprendé a ser un jugador mental y a mantener la mente clara en cada uno de tus jugadas.
Así como el tiro que tengas que hacer dependerá del tipo de situación de juego que estés jugando, la manera como la realices dependerá del estado mental de cómo lo estés pensando.

Lic Juia Alvarez Iguña

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