Julia Alvarez Iguña

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Lic Julia Alvarez Iguña

Vida Cotidiana

Psicología on Line

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Psicología aplicada al Golf

El Miedo: El enemigo número uno

Muchos me escriben preguntándome como pueden hacer para reponerse ante situaciones negativas en un partido. Sería muy fácil poder enviarles numerosas rutinas y técnicas para recuperarse, en muchas de mis columnas hay varias de ellas, pero de nada servirían si no empiezan a entender qué es lo que sucede en nuestra mente y porqué reaccionamos de manera negativa.

De nada valdría que un paciente fuera al médico y le dijera que le duele mucho la cabeza, y éste te diera una aspirina, cuando lo que hay que averiguar es por que te duele. Este ejemplo es válido para nuestro tema. De nada serviría una técnica sin conocer el origen de ese miedo.

Pero volvamos al tema de la respuesta ante lo negativo. Casi todos hemos escuchado: “Tengo que ser más positivo”, “Me presiono mucho en el juego" “Tengo miedo a tacklear, a que se me caiga la pelota”. Todos estos son comentarios que ya los hemos escuchado y nos lo hemos dicho miles de veces, pero qué es lo que pasa cuando suceden estas cosas. ¿Cómo enfrentar los miedos, las presiones y las tensiones que surgen en una competencia?
Empecemos por definir qué es el miedo.



El miedo es una emoción universal y necesaria provocada ante una percepción de riesgo. Ante un peligro real, tomamos medidas defensivas con el fin de esquivar o evitar el objeto o situación displacentera como manera de cuidarnos. Como el cerebro no distingue si lo que pasa es real o imaginario, en el juego y ante una situación de alarma, reaccionamos a través de conductas como la lucha, la huida o la inhibición. Para prepararnos para estas acciones, nuestro cuerpo segrega una serie de hormonas, llamadas “hormonas del estrés” que provocan una serie de cambios en nuestro cuerpo para facilitar dicha respuesta. Estos son:

• Una mayor tensión muscular que nos permitiría luchar o huir.

• Aceleración del sistema circulatorio y respiratorio (epinefrina).

• La digestión se detiene para no utilizar energía que necesitan otros lugares del cuerpo, como los músculos.

• Consumimos la energía muscular, ya que ante situaciones de alarma se libera cortisol en sangre y para asegurar su aporte al cerebro lo toma de otros órganos.

• Aumento de adrenalina: La mente aumenta el estado de alerta y los sentidos se agudizan.

La emoción básica del miedo genera emociones relacionadas, como la ansiedad y la angustia. Cuando nos hallamos en situación de amenaza, nos sentimos nerviosos, inquietos y con frecuencia no nos atrevemos a decir francamente que sentimos miedo, ya que dentro de nuestra cultura se rechaza considerar esta sensación; más aún en la cultura del deporte y en el espíritu del rugby. Ante la aparición de estos sentimientos los reprimidos, donde se automatizan las conductas reaccionando siempre de la misma manera, lo que con el tiempo es más difícil de resolver.

La ansiedad es una vivencia de temor ante algo difuso, vago, impreciso, que puede suceder. Comparte con el miedo la impresión de temor, pero a diferencia de éste, el miedo se produce por algo, en la angustia o ansiedad se produce por nada.
De allí podemos definir que el miedo es temor a un objeto presente, un rival, dolor en una lesión, a un tackle fuerte, mientras que en la angustia, es un temor impreciso carente de objeto, a algo que puede llegar a suceder, dando lugar a la desconfianza como anticipación de lo peor; por ejemplo: el resultado, ser sacado de un partido, a lesionarse o volver a lesionarse, a jugar mal, a perder.

Una de las cosas que menos tolera el ser humano es la incertidumbre. Nos movemos en un mundo de certezas, por eso muchas veces suele suceder que por miedo al error surja la ansiedad ante el resultado imprevisto. El hombre aprende de hechos y situaciones pasadas y por eso también tiene capacidad para prever peligros que se presentan en la cancha. Todo esto está referido a desencadenantes internos construidos por recuerdos, ideas, pensamientos de ejecuciones pasadas, que actúan como estímulos y que debemos conrolarlos. De ahí la importancia de reconocerlos y trabajar sobre ellos, saber por qué se originan, ante qué circunstancias, en qué momentos. Los miedos aumentan a mayor presión y disminuyen a mayor confianza. Acordémonos que reaccionamos ante presiones externas o internas. ¿cuáles son las situaciones que te ponen más nervioso?

El deporte implica pasar por momentos de desafíos, de tensión, de nerviosismo; pero ¿qué es lo que pensamos ante esas situaciones, cómo reaccionamos?Siempre existe la posibilidad del error, de lo imprevisto. Sabemos que el juego perfecto no existe. Esta percepción influye sobremanera en los jugadores ansiosos y perfectistas generando un nivel elevado de tensión, ya que al no llegar a alcanzar su mejor nivel, pierden la armonía mental y física ideal para el rendimiento, instalándose el temor de poder realizar una mala jugada que pueda tocar su autoestima.
Como es la cadena desencadenante de lo pensamientos ante el temor:


Siempre los pensamientos negativos van a aparecer, pero liberalos, no los acumules. Cuando te sentís desmotivado o repetís errores, te vas a dar cuenta que tus percepciones y acciones están siendo afectadas por como te pensas. Si podes volver a concentrarte en tu objetivo de ser competente, de autosuperación, de lograr lo mejor de vos, mas allá de los resultados te vas a poder refocalizar en el juego. El que cae en la desmotivación pensando solo en los resultados, caerá en la resignación de no alcanzar ese deseo sintiéndose frustrado e inhibido en su juego y dando posibilidades al enojo que es una puerta de entrada a la desconcentración.

¿Como se procesa todo esto?
Los estímulos del exterior llegan como información de entrada a las áreas subcorticales del cerebro por medio de la visión, las cuales se relacionan en un lugar muy preciso con la emoción. Éste procedimiento nos lleva a responder con rapidez ante lo percibido.

El cerebro evalúa la situación y de acuerdo a la emoción que la acompaña establece alarmas afectivas para identificar lo que nos plantea la misma. Los centros emocionales del cerebro reciben y procesan la información de entrada antes de que lo hagan los centros responsables de la toma de decisiones. Es así que lo afectivo-emocional es lo que dispara las diferentes conductas que llevan a la acción. Pensar de forma positiva genera emociones positivas y conduce a actuaciones libres de tensión y con una atención al 100% en la acción.

Si ya desde los primeros momentos de un partido empezamos con pensamientos negativos, “se me están cayendo todas las pelotas”, “contra este rival siempre perdemos”, “si sigo así seguro me sacan”, etc., esos pensamientos te van a perseguir todo el tiempo basados en ideas irracionales creadas por vos mismo. ¿Quién es el que asegura que siempre te va a suceder lo mismo, o que siempre vas a perder con ese rival, o que siempre te van a sacar si jugas mal? Siempre vos mismo. Que descubrimiento!!!!!!

Toda esa carga emocional es la que te impide jugar libre, ya que tus vías neuronales que deberían estar tranquilas y llevando la información precisa a tus músculos, están ocupadas por tensión ante el peligro; por lo tanto, tu cuerpo reacciona ante la situación temida. De ahí la tensión y falta de coordinación que a veces sentís en algún partido. Es por todo el proceso que te expliqué al principio descargado por el peligro inconsciente. El cerebro es como un ordenador, que procesa lo que le llega según ciertas leyes pero depende de la forma en que sistematices y ordenes el material.

Los miedos y la ansiedad condicionan la vida afectiva y, por consiguiente, influyen en la acción, en la eficacia de la performance. La actitud positiva facilita la diversión y la mejora del juego, se apoya en un pensamiento adecuado y favorable, generando emociones de control que posibilitan una actuación siempre constructiva, independientemente del resultado.

Por eso es tan importante poder cambiar los sentimientos negativos en positivos. El “NO PUEDO” no existe; ¿No podés o no querés hacer un papelón?
Las emociones positivas como la confianza, la seguridad, la pasión, son elementales a la hora de jugar y jugarte por lo que querés.

Esa sensación de eficacia te va a servir para mantenerte activo, buscando continuamente tu autorrealización. Cuando jugás confiá en vos, cuanto más clara esté tu mente, mas precisa será tu ejecución. Recordá que la mente repite lo último que entró. Si tu último pensamiento fue miedo, así será el resultado.
Debés confiar en tu habilidad, ya que has entrenado mucho, en tu potencial técnico en tu valor como persona y como jugador.

Lic. Julia Alvarez Iguña
Psicología aplicada al deporte de Alto Rendimiento
Juliasports@fibertel.com.ar

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