Julia Alvarez Iguña

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Lic Julia Alvarez Iguña

Vida Cotidiana

Psicología on Line

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Psicología aplicada al Golf

como manejar el dolor



En todo deporte de contacto las lesiones, golpes, heridas, y contusiones son inevitables. Estas van ligadas al dolor y al sufrimiento, pero pueden hacerse soportables al comprender la psicología del dolor aplicable ante situaciones dolorosas.
La Asociación Internacional para el Estudio del Dolor, nos dice que el dolor es algo más que un simple proceso sensorial, es una percepción compleja que involucra niveles altos del sistema nervioso central y fuertes estados emocionales y procesos mentales.
El dolor puede provenir de la superficie corporal, o del interior llamado el dolor visceral, y en los deportes es una cuestión muy importante a la hora de competir.
El dolor emite una señal protectora para el jugador indicando que algo no anda bien en nuestro cuerpo. Este puede ser: fuerte, leve, crónico, recurrente de una antigua lesión.

La impotencia que surge ante la imposibilidad de dominarlo produce desesperación, y puede afectar la estima del jugador, su valoración y limitación como deportista.
El dolor puede ser tratado desde lo farmacológico o lo psicológico. Desde la psicología utilizamos técnicas como la imaginación, el trabajo con objetivos, la re-estructuración cognitiva, técnicas de relajación, detención del pensamiento y ejercicios de relajación.
El dolor es un sufrimiento que se debe vencer. Ningún jugador está a salvo de él. Eso ya lo han demostrado los grandes jugadores donde el dolor es otro desafío más a vencer. La capacidad de un atleta para tolerar el dolor es esencial para el éxito. El que teme al dolor, teme a lo que necesariamente habrá de alcanzarlo en algún momento. Se debe aceptar que el dolor forma parte de la competencia y del entrenamiento sobre todo en el alto rendimiento.

El deportista debe estar atento ante la señal de dolor. Ante la intensa actividad física y la dilatación del músculo se acentúa la sensación displacentera. Por eso es importante que pueda discernir si se trata de un dolor recurrente, de un dolor imaginario, persistente o un dolor real, con lo cual es necesario saberlo escuchar y saber parar.
Los atletas en varios deportes a menudo se deprimen y desaniman a causa de los diferentes aspectos de sus habilidades atléticas que no pueden lograr, debido a la fatiga o el dolor. Para superar estos obstáculos los psicólogos deportivos trabajan con metas a mediano y largo plazo con el objetivo de reemplazar el dolor y no detenerse en los aspectos negativos.


Sabemos que el dolor está acompañado por emociones dolorosas. Cuanto más fuerte es el dolor y mayor su duración en el tiempo, da lugar a un intenso dolor psíquico. El dolor físico es el dolor corporal propiamente dicho, no está en la herida, está en el yo, es una sensación bien limitada; el dolor psíquico es la valoración que hago acerca del mismo y está más ligado al sufrimiento, a una emoción no muy definida.

Alfons Auer, teólogo alemán quien escribió acerca del dolor, la ética y el sufrimiento, nos dice que es en el dolor donde se revela y se mide el verdadero valor del hombre, ya que implica una respuesta donde está involucrada su actitud y su postura. El dolor forma parte de los conflictos de la vida cotidiana que el hombre debe aprender a tolerar, es donde se mide su capacidad para enfrentar el sufrimiento, el dolor y las contrariedades de la vida.

Vivimos en un mundo de opuestos; frio - calor; dia - noche; alegría - tristeza; dolor - placer. Platón decía “el placer y el dolor no se presentan juntos, pero si alguno posee alguno de ellos, también está obligado a sentir el otro”. Las situaciones dolorosas no pueden cambiarse, es inútil perder tiempo pensando que podría haber sido diferente. Lo que nos pasa y el modo como reaccionamos frente a lo que nos pasa, no depende de lo que nos sucede, sino de la manera como valoramos esa situación y nuestra propia persona.

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