El compromiso de alcanzar objetivos
In Superación y RendimientoEn esta nueva etapa que comienza, para alcanzar objetivos, para superarse día a día, e ir alcanzando el desarrollo físico y mental necesario, hay que entrenar y comprometerse con lo que se hace. El camino a la excelencia es largo e implica finalizar lo empezado.
El compromiso se refiere a la capacidad de elección entre dos exigencias que genera satisfacción en el resultado. Comprometerse significa voluntad, sacrificio y renuncia a otros aspectos que también generan placer, se relaciona a una declaración de intenciones o un plan de acción a seguir.
Normalmente, y sobre todo en el mundo del deporte, la falta de confianza en nuestras capacidades y potencialidades, la escasa autoestima, el conformismo, las excusas, etc., atentan contra los buenos resultados. Los grandes campeones no es que tengan más o menos voluntad que el resto. La diferencia, es que lo realizan con placer, para probarse en cada entrenamiento, cada día un poco más para sentirse mejor en sus logros.
El gran campeón Mohamed Alí solía decir:
“Los campeones no nacen en los gimnasios. Pasan por los gimnasios y llegan por sus fuertes convicciones en sí mismos, por sus deseos de superación, por un sueño, por una visión”.
Luego, la repetición de esa afirmación, de esa conducta se hace hábito, y ésto, es lo que los lleva a perdurar en el intento. Una vez que esa creencia se transforma en una fuerte convicción, las cosas comienzan a suceder. Un resultado es una impresión momentánea de la vida. En un instante, una experiencia, un momento donde nos pusimos a prueba. Podemos elegir entre vivir entre resultados, u optar por la decisión de centrarnos en el proceso y realizar un compromiso total en esa causa.
Ningún jugador a lo largo de un partido tiene mucho tiempo la pelota en sus manos. Lo mismo sucede en la vida. Tanto la pelota como las oportunidades están ahí, delante de nosotros. Todos la quieren tomar, pero depende de uno, en si nos hacemos cargo o la dejamos pasar. Es decir, en si jugamos, o en si dejamos que nos la jueguen. Cuando hablamos de excelencia competitiva, no sólo nos referimos a los partidos. También lo es cuando nos encontramos en una situación de entrenamiento, en prácticas o en pre-temporada. Será entonces, cuando más adelante, se presente la oportunidad del partido y te llamen, y te toque entrar, y vas a hacer la misma jugada que tanto entrenaste. Si llegas con buena actitud para entrenar, y das todo tu esfuerzo, te va a ir cada vez mejor.
Haces deporte por amor a la competencia, y es muy simple. Si queremos ser un excelente jugador, no uno de la multitud, sino un excelente jugador, tenemos que entrenar duro y trabajar más que tu adversario. Si ellos entrenan dos horas, debes entrenar tres horas. Si ellos levantan 130 kilos de pecho plano, tenés que buscar la manera de levantar 150. Siempre se puede un poco más. Es el valor agregado en esa superación que nos diferencia de los demás. El mejor entrenamiento es el que acaba cuando queremos seguir entrenando.
Hoy en día la competencia es enorme. Hay mucha presión, y los que la superan son los grandes jugadores. La velocidad es la reina de la competencia, es la ganadora. En cualquier puesto que juegues es mejor que sepas correr. Si nos fijamos en los diez mejores equipos, además de una buena defensa, son todos muy veloces. Lo importante no es sólo responder a una actividad, sino cómo nos implicamos en lo que hacemos. He aquí donde entra en juego la motivación, en la cantidad de energía y dirección que colocamos en esa dirección.
En el deporte hay que sentir pasión, alegría, motivación, sacrificio. Un buen equipo implica entrenar y trabajar en conjunto, llorar en conjunto, sangrar en conjunto. El primer paso para llegar adonde deseamos llegar, es la fuerte decisión de no quedarte en el mismo lugar de siempre. Recordemos que el éxito es un viaje, no un destino.
Lic Julia Alvarez Iguña
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